Publicado en El Mundo 08 marzo 2010

LA VUELTA DEL MADRID ÉPICO

EL MIEDO ESCÉNICO. La frase que acuñaron los griegos del teatro clásico y que García Márquez recuperó para la modernidad, es la que mejor define a casi todos los rivales que llegan al Bernabeu. Entonces el Madrid, históricamente, recurre a la épica y se los lleva por delante. El partido con el Sevilla fue la repetición de una película mil veces vista. Un rival que va ganando y que a medida que transcurre el tiempo se va refugiando cada vez mas cerca de su portero, como hipnotizado por el espíritu del Madrid y termina regalando el terreno, la pelota, las ocasiones y los tres puntos.
ANTES DE GUTI, el Madrid era puro empuje, algunas gambetas de Ronaldo, algún detalle de Higuaín, ciertas apariciones de Marcelo y poco mas. Con eso le bastaba para encerrar al Sevilla, pero no para dar vuelta el resultado.
DESPUÉS DE GUTI, que entró junto a Van der Vaart, el Madrid le agregó a su garra habitual sorpresa, engaño, claridad y goles. Una vez más Guti demostró que es imprescindible para que el juego del equipo tenga la calidad y la pausa que se necesitan para ser eficaz. Van der Vaart también aportó su cuota de buen fútbol.
ENEMIGOS ÍNTIMOS. Guardiola y Lillo, que tanto se conocen, jugaron a despistarse y modificaron su ropaje acostumbrado. El Barça cambió a Iniesta que jugó más en punta por Messi que retrasó unos metros su posición y apareció por todas partes. El Almería puso a 3 en el fondo para agrupar más gente arriba y presionar en la salida al Barcelona. Lo que no cambió fue lo que se suponía: El Barcelona tuvo mas tiempo la pelota y el Almería, tácticamente bien parado, aguantó el chaparrón como pudo y contragolpeó con inteligencia y eficacia.
LOS ALVES. El arquero del Almería domina conceptos de buen jugador. Achica hacia adelante y reduce los ángulos de tiro. Evitó algunos goles por eso mismo. El lateral del Barcelona le dio salida permanente a su equipo y también ayudó en las llegadas, especialmente cuando estaban con 10 jugadores.
GANAR EMPATANDO. El Almería le opuso al Barcelona un enorme trabajo colectivo y un gran esfuerzo para disputarle la pelota. Mostró también una gran fortaleza mental para soportar el toque inevitable del Barcelona y saber sobreponerse para crearle problemas. Hicieron ambos un buen partido, aunque al Almería, lógicamente por ser el más débil, el empate le sabrá a triunfo.